Mi experiencia en Laos

Tabla de contenido

Antes del viaje

Ha pasado un mes desde que volvimos de Camboya.

Estamos decidiendo cual va a ser nuestro próximo destino y estamos indecisos entre Vietnam, Laos o Myanmar (antigua Birmania).

A mí me apetece más Laos o Myanmar, pero a mi chico Laos o Vietnam, así que no hay duda, Laos, jejeje.

Al investigar, me da la sensación de que es un país menos turístico que Tailandia y Camboya o por lo menos hay menos información.

Busco información sobre posibles rutas, el dinero, la comida, visado…lo de todos los viajes.

Para mí organizar un viaje es viajar desde casa, me encanta.

Bueno como siempre, para cuando te quieres dar cuenta, estás camino del aeropuerto.

En este caso viajamos 33 días repartidos entre Laos y Tailandia, siempre nos gusta acabar en nuestra querida Tailandia y descubrir nuevos rincones.

Aventuras antes de llegar al destino

Normalmente cogemos el vuelo desde Madrid, pero esta vez lo cogimos desde Barcelona porque nos salía casi 100€ menos a cada uno.

Teníamos dudas, porque era 2017 y para esas fechas en Cataluña había un poco de tensión con el independentismo.

Manifestaciones, huelgas y algún que otro jaleo.

Pero pensamos que no nos iba a afectar y decidimos coger el vuelo desde el Prat.

En la ciudad se notaba tensión, pero en el metro fue una locura, menos mal que era temprano, sino seguramente no llegamos al aeropuerto.

En el aeropuerto, también jaleo. Manifestaciones, huelga de trabajadores, aviones con retraso y otros cancelados.

Una locura

Conseguimos subir al avión y nos quedamos más tranquilos.

Pero no acaba ahí la cosa, pensamos que el avión al estar lleno iba a despegar, pero no.

Nos empiezan a decir las azafatas y los pilotos que estemos tranquilos que no nos pueden retener en el aeropuerto y que cuando menos nos lo esperemos nos dejan salir.

Dos horas de espera, la gente nerviosa y desesperada porque la mayoría tienen otra escalar y la van a perder, entre ellos nosotros.

Conocimos a otra pareja que tenían la misma escala que nosotros y su destino era también Bangkok.

Las azafatas nos piden los billetes a todos los que tenemos riesgo de perder el siguiente, para llamar a ver si hay posibilidad de que nos esperen o nos embarquen en el siguiente.

No nos dan solución y todavía no hemos despegado.

Por fin nos ponemos en marcha, pero con 2,3 horas de retraso cuando nuestra escala era de 1,3h.

Es en Paris, y para cuando llegamos, como era lógico, nuestro avión ha volado sin nosotros.

¡¡¡NNNNOOOOOO!!!

Vienen a nuestra cabeza el recuerdo del año pasado, cuando perdimos el avión por despistados, Jejejeje.

Tenemos dos opciones, quedarnos en Paris 2 días, o esperar 7 horas en el aeropuerto, coger un avión de 12 horas a Hong Kong y otro a Bangkok.

Nos decantamos por volar cuanto antes porque tenemos los billetes al día siguiente a Laos (a ver si no lo perdemos también).

La otra pareja decide lo mismo que nosotros.

En Hong Kong, a los chicos les dicen que no saben si sus maletas van a llegar a la vez que ellos o dos días más tarde.

Por suerte nosotros no facturamos y las llevamos encima, que alivio. Puedes ver el artículo “la mochila nuestra gran compañera” para ver que llevamos para no facturar.

Están muy agobiado porque llevan las cámaras de fotos, dinero y un montón de cosas de valor que pueden perder.

Regla nº1: ¡¡¡lleva las cosas de valor contigo siempre!!!

Bangkok

Después de no se cuantísimas horas entre aeropuertos, aviones y salas de espera, llevamos un descontrol total del sueño y la comida, pero por fin llegamos a Bangkok.

Casi 14 horas más tarde de lo esperado.

Son las 10 de la noche, y hemos cancelado (cancelación gratuita) el hotel que teníamos la primera noche en Bangkok porque no sabíamos si llegábamos o no.

Ahora nos toca coger el autobús que conecta un aeropuerto con el otro, que por suerte al ser de noche no hay mucho tráfico.

Llegamos y ahora nos toca buscar hotel, al que solemos ir está completo.

Son cerca de las 12 de la noche, agotados nos ponemos a buscar otro y por suerte en el de al lado hay sitio.

Van a ser unas horas porque a las 7 tenemos el otro avión así que nos da igual como sea.

Está muy bien y además tenemos un 7eleven debajo.

Un 7eleven es uno de los mejores supermercados del Sudeste Asiático, puedes comer sándwich recién hechos, bebidas caliente y frías de todos los sabores, artículos de higiene personal…lo que quieras. Hay de todo.

Así que nos compramos unos sándwiches, unas patatas fritas y unos refrescos y nos vamos a descansar que en unas horas nos toca volar otra vez.

Por la mañana, ya más tranquilos del ajetreo del día anterior, nos tomamos un café instantáneo en la habitación porque hay cafetera y ponemos rumbo al aeropuerto.

Este vuelo solo dura una hora.

Laos

Por fin llegamos a Laos, más concretamente a Luang Prabang.

Cuando estamos sobrevolando la ciudad, nos alucina que está en medio de una selva impresionante, es precioso todo super verde.

Estamos alucinados con lo bonito que se ve desde arriba, seguro que en tierra tiene que ser brutal.

Sacamos el visado en el aeropuerto y nos ponemos tarjetas Sim en los móviles.

Cambiamos el dinero justo para llegar al centro y ponemos rumbo a la ciudad.

Luang Prabang

Hay un puente impresionante para entrar en la ciudad, me dio muchísimo vértigo, pero es super bonito.

Aunque en la foto parezca un puente normal, es todo de metal con rendijas en el suelo, por lo que ves todo a través de estas.

Llegamos al hotel, descargamos mochilas y nos vamos a pasear por la ciudad sin rumbo fijo, a perdernos por las calles, aclimatarnos un poco y encontrar el mercado nocturno para ir a la noche.

Al día siguiente decidimos cambiar de hotel porque no estamos a gusto (es la primera vez que nos pasa), no somos muy sibaritas, pero no nos encontramos cómodos, sin más.

Nos fuimos a uno que estaba cerca, lo vimos el día anterior paseando. Está más apartado de las calles principales, pero tiene enfrente un paseo con unas vistas brutales al Mekong.

Todas las tardes salíamos a ver el atardecer.

La primera toma de contacto con Laos es buenísima.

Y en especial con Luang Prabang.

La gente es muy acogedora (todavía más que en Tailandia y Camboya).

Es una ciudad preciosa, limpia y super cuidada.

Tiene unos contrastes que la hacen única. Templos budistas con edificios coloniales franceses del S.XIX.

Era super relajante pasear en bici o andando por la tarde por sus calles.

Es un lugar al que estoy deseando volver.

El mercado nocturno también nos encantó, porque, aunque sea un mercado nocturno como en otros países, te sientes diferente con los edificios coloniales alrededor y ese ambiente más relajado.

Se nota mucho las raíces francesas en la comida, hay muchísimos postres deliciosos y variedades de pan, que hasta ahora casi no habíamos encontrado en los otros países.

Es una ciudad que tiene su propio carácter. Me recuerda un poco a Chiang Mai, pero todavía más bonita.

Pasamos unos días increíbles disfrutando de la ciudad, sus atardeceres y su gente.

No nos queremos ir, nos sentimos como en casa y nos hemos enamorado de esta increíble ciudad, pero tenemos que seguir con nuestra ruta.

Ponemos rumbo a Vang Vieng.

Vang Vieng

El trayecto da un poco de miedo, porque las carreteras siguen las montañas y hay unos acantilados que impresionan mucho, además no ayuda que la mitad del trayecto esté sin asfaltar o en obras.

Hay que acostumbrarse a los conductores asiáticos, son muy peligrosos, conducen fatal, adelantan donde les da la gana.

Son un poco kamikazes, pero al final te acostumbras.

Al organizar la ruta, no sabíamos si parar en Vang Vieng o seguir nuestro camino.

Todo lo que lees de esta rara ciudad es que es para guiris borrachos.

Es famosa por el tubbing (tirarte por el río en un neumático enorme) y las borracheras, pero el gobierno estaba intentando prohibirlo porque ya había habido varios muertos.

Combinar agua y borrachera nunca ha sido buena idea.

Decidimos darle una oportunidad.

Cuando llegamos fue raro, no había ni un alma por la calle, todo sin asfaltar y lleno de polvo, un calor abrasador.

Parecía el Wéstern que vemos en las películas antiguas. En cualquier momento te parece un vaquero en su caballo. Jejejej

Montones de bares y tiendas con canoas y ruedas de las de tubbing, pero todo cerrado.

Como no sabíamos cuál iba a ser nuestra impresión solo cogimos una noche de hotel.

Pasamos 2 días muy a gusto.

Por el día, están todos o durmiendo, pasando la resaca o en el rio haciendo tubbing.

Así que aprovechábamos para alquilar unas bicis y ver los alrededores, que me parecieron brutales.

A un lado, grandes montañas con una inmensa selva alrededor.

Y al otro, campos de arroz hasta el horizonte y enorme rio.

Por la noche, es cuando más jaleo hay, pero te tomas unas cervezas mientras cenas y está bien.

Vientián (Vientiane)

Cuando nos vamos, cogemos un bus con otro conductor Kamikaze, carretera llena de curvas horribles, perros y bacas en medio de la carretera sin ninguna preocupación por los coches, frenazos, pitadas…

Y por fin llegamos a la capital, Vientián.

Dejamos mochilas en el hotel y nos vamos a perder un poco por la ciudad.

Pillamos un mega fiestón.

Son las fiestas de la capital, así que imagínate.

Algo desorbitado.

Ferias, música a tope, concursos, hogueras con comida por todos los lados, fuegos artificiales continuamente, petardos y todo esto con el tráfico de una ciudad por el medio de todo este jaleo.

Una maldita locura.

Algo que nos sobrepasa.

Los San Fermines no es nada comparado con esta fiesta, jejeje.

Llevamos como podemos la primera tarde.

Al día siguiente vamos a ver los templos más famosos, no es algo que nos haya llamado mucho la atención, pero no te lo puedes perder si has llegado hasta ahí.

Para el siguiente día vamos a visitar Budda Park.

Buscamos el autobús que nos va a llevar hasta este parque y por suerte nos deja en la misma puerta.

Buda park o Wat Xeng Khuan, fue construido en 1958 por Luang Pu Bunleua Sulilat. El parque alberga 200 estatuas budistas e hinduistas.

Es un lugar peculiar que no te deja indiferente. A nosotros nos encantó y en una hora paseando tranquilamente lo visitas.

Kong Lor

Al día siguiente ponemos rumbo a Kong Lor.

Teníamos dudas de si incluirlo o no a la hora de hacer la ruta porque nos teníamos que desviar un par de horas de nuestro camino.

Y viendo como son las carreteras y los conductores, no sabíamos que hacer hasta el último momento.

Pero decidimos desviarnos.

El trayecto fue divertido, porque nos vino a buscar una pick up al hotel y en vez de a las 9 y vino a las 10.

Estaba diluviando y al ir en el maletero de la Pickup, acabas de agua hasta los…. Jejejeje

Pero un buen chubasquero y todo solucionado.

Lo que se suponía iban a ser 4 horas de autobús, acabaron siendo 7.

Conforme nos íbamos acercando a nuestro destino, había menos gente y menos turistas en el bus.

El billete que cogimos supuestamente era hasta Kong Lor, pero el autobús, de repente, paro en un puente porque no cabía y nos hizo bajar.

Ahí estábamos con cara de tontos nosotros dos y dos mochileros más, sin saber dónde narices estaba Kong Lor.

Sigue lloviendo y en menos de dos minutos aparece por el otro lado del puente otra Pickup (que tampoco cabe por el puente) y nos dice que subamos.

Vemos un cartel y todavía estamos a 40km de nuestro destino.

Carretera sin asfaltar y con unos agujeros que cabe la Pickup entera que para pasarlos lo tiene que hacer en primera y frenando.

A mitad del trayecto, con el culo dolorido de tanto bote, empapados y llenos de barro, deja de llover y da paso a un arcoíris enorme con un fondo verde de los campos de arroz y unas montañas impresionantes de roca caliza.

Creo que ese momento nos llenó de alegría a los 4.

Empezaron a salir niños corriendo por la carretera, gritándonos, saludándonos y persiguiendo el coche.

Hubo una imagen que me llamo mucho la atención, dos niños pequeñitos, no creo que llegaran a 5 años, sentados dentro de un charco lanzándose barro el uno al otro y partiéndose el culo.

Son imágenes a las que no estamos acostumbrados. No imagino aquí en España, dos niños jugando sentados dentro del barro sin que a las madres les de un síncope. Jejeje.

Fue una imagen que me enamoro.

Fue un viaje increíble y estábamos muy alegres de haber decidido desviarnos.

Por fin llegamos a nuestro destino.

Sólo había dos hoteles, la otra pareja fue a uno y nosotros al otro.

Sólo había luz 4 horas al día y nuestro hotel albergaba el único restaurante y bar de la zona.

Teníamos una cabañita sin cristal en las ventanas, sólo mosquitera, y rodeados de campos de arroz, montañas y animales.

La primera sensación fue…GUAUUUU

Esto es el paraíso.

Menos mal que hemos decidido venir.

Ya era muy tarde y el chico nos había guardado una de las 4 mesas que había para cenar.

En la mesa de al lado estaba la pareja con la que habíamos hecho el viaje y en la otra, otros dos chicos del pueblo tomando una cerveza.

Dormimos sólo con el ruido de los animales (miles de grillos), jejeje y nos despertamos con el cacareo de un gallo madrugador (a las 5 de la mañana).

Fuimos a desayunar y nos fuimos a ver unas cuevas, que son por lo que decidimos venir a este pueblo.

Kong Lor Cave.

No nos decepcionaron.

Tienes que cruzar la cueva en barca a lo largo de 7 km de rio con frontales.

Increíble.

Nuestra barca estaba un poco destartalada y llena de agujeros, bueno en verdad estaban todas así.

El hombre llevaba el culo de una garrafa cortado para ir achicando agua por el camino para no hundirnos. Jejeje.

En algún tramo nos tuvimos que bajar de la barca y ayudarle a empujar al hombre, porque son como pequeños rápidos donde roza el culo de la barca.

Al salir de la cueva, apareces a una parte del río muy ancha.

Todo alrededor es selva y una pequeña cabaña que hace de bar por si te quieres tomar algo.

Nos dijo el hombre que podíamos pasear por la zona una hora y volver a la barca.

Eso hicimos, nos encontramos con un montón de animales, entre ellos muchas culebras.

Y la vuelta es igual que la ida.

Una experiencia única que nunca habíamos vivido.

Nos gustó muchísimo.

Exhibición en la única carretera del pueblo

Por la tarde fuimos a pasear por la única carretera que hay, aunque sea sin asfaltar, es por la que vinimos con la Pickup.

Para nuestra sorpresa, había venido una empresa de paramotor (parapente con motor) para grabar unos videos con drones.

Atardecer precioso, rodeados de campos de arroz y niños alucinando con los parapentes a motor, igual que nosotros estábamos alucinando.

Fue una tarde muy divertida con la gente del pueblo que no vamos a olvidar nunca.

El ritmo de vida aquí es a cámara lenta, pausado, con calma…es el paraíso en estado puro.

Comparten vida humanos con animales.

Te puedes encontrar un bebe jugando con un cerdito, como un gato con un búfalo.

Todos conviven.

Nos vamos de este increíble lugar con mucha pena.

Ha sido un sitio increíble donde nos hemos sentido en el paraíso.

Pakse

El viaje a nuestro siguiente destino es más movidito y divertido todavía, jejeje.

La misma pickup nos recoge a las 6 de la mañana hasta el puente.

Ahí cogemos otra pickup que nos lleva durante horas hasta Thaketk rodeados de laosianos, nosotros los únicos turistas.

Y de ahí otro bus hasta Pakse.

Pasamos un día de descanso en Pakse para aprovechar a lavar ropa (tanto trayecto en el maletero de Pickups llevábamos toda la ropa llena de polvo) y organizar unos días más de ruta.

Descansados y con ropa limpia, ponemos rumbo a Champasak.

Champasak

Sólo son 40 minutos en miniván y 20 minutos en barca para cruzar el río.

Nuestra sorpresa es que al llegar hay un campeonato de regata (o algo parecido).

Hay mucha gente, mucha música, puestos de comida.

Otra fiesta.

Parece que en este viaje vamos a pillar todas las fiestas, jejeje.

Vamos paseando por la única calle del pueblo, bordeando la orilla del río Mekong, hasta llegar al hotel.

¡¡¡Sorpresa!!!

¡¡¡Esto es otro paraíso!!!

Habitación enorme con terraza y vistas al río, wifi, desayuno completo, jardín, alquiler de bicis…todo incluido por 15€ la noche (los dos).

El dueño es encantador, nos invita a cruzar con él a Tailandia, nos cuenta que le sale más económico cruzar la frontera y comprar ahí que en Laos.

Decidimos no ir porque queremos coger unas bicis y perdernos por la zona que es preciosa.

Al día siguiente, nos vamos a las famosas ruinas históricas del imperio Jemer de Vat Phou o Wat Phou.

Las disfrutamos casi solos, escasamente hay turistas, creo recordar no contar más de 15 personas.

Había muchas mujeres vendiendo bebida helada, porque el calor es horrible y tienes una buena subida de escaleras para llegar a lo alto de los templos.

También nos encontramos con muchos niños jugando por la zona, que al vernos se ríen y se esconden, Jejejeje.

Nos recuerda mucho a los templos de Angkor, pero en miniatura y sin turismo.

Una maravilla.

Aprovechamos que tenemos buen internet en el hotel para seguir organizando la ruta y aprovechar a comprar los billetes de avión de Laos a Tailandia porque nuestra ruta por Laos está llegando a su fin.

Las 4000 islas

Ponemos rumbo a las 4000 islas o Si Phan Don.

No pienses en islas del mar.

Laos no tiene mar.

Se les llama así porque el Mekong se divide en varios ríos creando cientos de islotes llenos de vegetación.

Estamos en la zona más al sur del país que hace frontera con Camboya.

Dentro de los cientos de islotes, hay 3 islas más importantes, la más grande que es Don Khong (que es famosa para los mochileros porque hay mucho ambiente) y las dos más pequeñas que están unidas por un pequeño puente son Don Det y Don Khon.

Nos quedamos en Don Khon que es pequeña y tranquila.

Disfrutamos de unos días maravillosos recorriendo las dos islas, viendo cascadas, descansando en la piscina de hotel y alucinando con los atardeceres.

Cenábamos todas las noches en un pequeñísimo restaurante que llevaba un hombre muy mayor, que le debimos caer bien porque nos invitaba a chupitos de Whisky de arroz todas las noches (nos ponía a nosotros y se ponía él, jejeje) y luego nos regalaba unas bananas enanas para que nos las lleváramos al hotel, jejeje.

Pakse-Bangkok-Koh Chang

Después unos días descansando, ponemos rumbo a Pakse otra vez para coger un avión a Bangkok y despedirnos de Laos.

Nos despedimos, como siempre, con mucha pena, de este maravilloso país que tanto nos ha dado.

Pasamos los últimos días de viaje entre Koh Chang, la isla elefante en tailandés (una isla enorme y preciosa cerca de Bangkok) y Bangkok, para no perder las buenas costumbres, jejeje.

Nuestra conclusión

Por ciudades

  • Luang Prabang: la ciudad más bonita que he visto en todo el Sudeste Asiático. Arquitectura tradicional laosiana mezclada con arquitectura colonial francesa. Calles super limpias. En general una ciudad muy tranquila y cuidada donde te dan ganas de quedarte a vivir. Preciosa.
  • Vang Vieng: al principio tenía dudas de si ir o no por la mala fama que tiene de “guirilandia” pero merece mucho la pena perderse por sus impresionantes alrededores. Volvería sin dudarlo.
  • Vientiane: ciudad alocada y contaminada, pero que engancha. Merece mucho la pena ir a ver el Budda Park.
  • Kong Lor: auténtico paraíso. Lugar donde puedes conectar y conocer la cultura del país, ya que escasamente tiene turismo. Las cuevas increíbles. Lugar perfecto para desconectar del mundo y las tecnologías por unos días.
  • Pakse: ciudad de paso para dormir y poco más. No conecté con el lugar.
  • Champasak: paraíso, pero muy distinto al paraíso de Kong Lor. En este paraíso no te falta de nada y tienes todas comodidades del mundo. Las ruinas de Vat Phou una preciosidad.
  • Las 4000 islas: el único lugar que he sentido que es al 100% turístico. Muy bien para descansar y mucha naturaleza, pero nada de historia o cultura del país.

General

Mi conclusión del país en general es que es el paraíso de verdad.

Todavía no tiene tanto turismo como Camboya o Tailandia, así que mucho mejor.

Es un país que está en crecimiento en el sentido turístico, pero con cuidado, no como Camboya que es más a lo loco.

La población es increíble, te hacen sentir a gusto y como en casa, una maravilla.

La mayoría de los turistas son chinos, es algo que me ha sorprendido mucho, porque, aunque en todos los viajes por el Sudeste Asiático hemos coincido con muchos chinos, diría que, en Laos, muchos más.

Adoro Laos.

Así que, si tienes la oportunidad de ir, no lo dudes.

No te arrepentirás, eso te lo puedo asegurar.

Espero volver pronto y conocer más a fondo este país maravilloso y único que tiene tanto que ofrecer al viajero.

¡¡¡Gracias Laos!!!

Share on facebook
Facebook
Share on email
Email
Share on whatsapp
WhatsApp
Regalo el poder del equipo

Hola, soy Andrea.

Regístrate para recibir tu regalo y descubrir un montón de sorpresas.

Otros artículos

Mi experiencia en Laos

Antes del viaje Ha pasado un mes desde que volvimos de Camboya. Estamos decidiendo cual va a ser nuestro próximo destino y estamos indecisos entre

Leer Más >>
Abrir chat
¿Quieres más información de algún viaje?
¡¡¡Hola!!!
¿En que puedo ayudarte?